jueves, 17 de junio de 2010

Papeles inesperados hallados en un viejo mueble en Paris


Llegó a mis manos un libro que esperé largo tiempo, "Papeles Inesperados" de Julio Cortázar.
El año pasado me enteré de su existencia, y si bien lo sugerí disimuladamente como posible regalo del cumpleaños pretérito, luego olvidé su materialidad recién adquirida y el tiempo lo escondió entre miles de cosas.
Pues bien, ahora lo tengo entre mis manos. Una joya para los que queremos tanto a Julio, especialmente después de tantos años de su muerte corporal y ya habiéndose realizado la típica razzia post-mortem de sus escritos inéditos.

La historia fue así: antes de morir, Cortázar nombró a su ex mujer (No Carol sino la previa) como albacea de sus papeles, y entonces un buen día llegó un antiguo amigo de Cortázar (Carles álvarez Garriga) a visitarla. De puro feliz ella le muestra un mueble lleno de manuscritos del difunto. El tipo salta de emoción y se pone a revisar todo, encontrando desde capítulos descartados del Libro de Manuel, Un Tal Lucas, Rayuela, y un montón de artículos y reflexiones. Obvio que sabe que hace el mejor negocio de su vida y convence a Aurora Bernández (la ex mujer y albacea) de editarlos.
El resto es historia.
Historia feliz para algunos fans, triste para otros (los que creen que si los descartó es por algo...obvio), ultra happy para la editorial, en fin, Ud. decide que opinar.
Lo importante es que el libro existe y lo puede disfrutar.


Y aprovecho tener a mano el libro aquel y reproduzco un extracto del ensayo "Esencia y misión del educador", en el que habla sobre el ser culto.


"El vocablo “cultura” ha sufrido, como tantos otros, un largo malentendido. Culto era quien había cumplido una carrera, el que había leído mucho; culto era el hombre que sabía idiomas y citaba a Tácito; culto era el profesor que desarrollaba el programa con abundante bibliografía auxiliar. Ser culto era- y es, para muchos-llevar en suma un prolijo archivo y recordar muchos nombres….

Pero la cultura es eso y mucho más. El hombre –tendencias filosóficas actuales, novísimas, lo afirman a través del genio de Martin Heidegger- no es solamente un intelecto. El hombre es inteligencia, pero también sentimiento, y anhelo metafísico, y sentido religioso. El hombre es un compuesto; de la armonía de sus posibilidades surge la perfección. Por eso, ser culto significa atender al mismo tiempo a todos los valores y no meramente a los intelectuales. Ser culto es saber el sánscrito, si se quiere, pero también maravillarse ante un crepúsculo; ser culto es llenar fichas acerca de una disciplina que se cultiva con preferencia, pero también emocionarse ante una música o un cuadro, o descubrir el íntimo secreto de un verso o de un niño. Y aún no he logrado precisar qué debe entenderse por cultura; los ejemplos resultan inútiles. Quizás se comprendiera mejor mi pensamiento decantado en este concepto de la cultura: la actitud integralmente humana, sin mutilaciones, que resulta de un largo estudio y de una amplia visión de la realidad".

(...)

(Hablando sobre los profesores) "El maestro debe llegar a la cultura mediante un largo estudio. Estudio de lo exterior, y estudio de si mismo. Aristóteles y Sócrates, de ahí las dos actitudes. Uno, la visión de la realidad a través de sus múltiples ángulos; el otro, la visión de si mismo a través del cultivo de la propia personalidad. Y, esto hay que creerlo, ambas cosas no se logran por separado. Nadie se conoce a si mismo sin haber bebido la ciencia ajena en inacabables horas de lectura y estudio; y nadie conoce el alma de los semejantes sin asistir primero al deslumbramiento de descubrirse a si mismos. La cultura resulta así una actitud que nace imperceptiblemente; nadie puede despertarse una mañana y decir: “Soy culto”. Puede, si, decir: “Sé muchas cosas” y nada más. La mejor prueba de cultura suele darla aquel que habla muy poco de sí mismo; porque l cultura no es una cosa, sino que es una visión; se es culto cuando el mundo se nos ofrece con la máxima amplitud; cuando los problemas menudos dejan de tener consistencia; cuando se descubre que lo cotidiano es lo falso, y que sólo en lo más puro, lo más bello, lo más bueno, reside la esencia que el hombre busca. Cuando se comprende lo que verdaderamente quiere decir Dios".



(¿Qué significa ser culto en el año 2010?, teniendo a mano herramientas tan valiosas como internet, con acceso directo a las principales fuentes de datos globales, precisos, actualizados. Pero son sólo paquetes de información, retazos desfragmentados, ¿cómo los articulamos, cómo les damos vida, cómo dejamos de ser especialistas y nos hacemos generalistas otra vez? ¿Y la capacidad de asombro, la magia cotidiana, la vida que fluye? Cómo incluir todo, cómo saberlo todo, ¿vale la pena saberlo todo?, en fin, a sacar conclusiones propias).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué feliz sorpresa este post, por tus selecciones y lo que promete el resto de escritos, definitivamente cortazar sabía de lo que hablaba cuando se referia a una buena preparacionde un profesor y , en definitiva de un culto ser humano, y ome quedo con el conocimiento de uno mismo en equilibrio con lo que nos rodea, sean libros o miradas; pinturas o atrdeceres sureños; pelis o desencuentros personales; todo va dirigido y es esa cosa innombrable que es contenida y contiene todo, algo que se parece a la idea de dios